Cuando Kebharu Smith se unió a Amazon en 2020 para dirigir la Unidad contra Delitos de Falsificación (CCU), traía consigo la experiencia de toda una carrera en el ámbito policial. Antiguo ayudante del fiscal general de EE. UU. Smith pasó casi dos décadas como fiscal estatal y federal, y en sus últimos años se centró en los delitos de propiedad intelectual en la sección de delitos informáticos y propiedad intelectual del Departamento de Justicia (CCIPS). Ha perseguido fraudes complejos, delincuencia organizada en el comercio minorista, redes de falsificadores, ladrones de secretos comerciales e infractores de los derechos de autor, lo que le convierte en la persona idónea para enfrentarse a uno de los delitos más antiguos de la historia que ha encontrado nueva vida en la era digital: la falsificación.
“La falsificación es una de las actividades criminales más antiguas del mundo”, afirma Smith. “Erosiona la confianza al engañar a clientes desprevenidos, pone a los consumidores en riesgo y perjudica a las marcas y a las empresas. Y como la complejidad de esta actividad crece día a día, siempre estamos renovando nuestras asociaciones de detección y aplicación de la ley para adelantarnos a los actores malintencionados.”
Actualmente, la CCU es un elemento más dentro de una estrategia más amplia de Amazon para proteger a los clientes, mantener la confianza en la marca e impedir las operaciones criminales en todo el mundo. En una entrevista con Smith, profundiza en la misión del equipo, cómo ha evolucionado y qué es lo que más le entusiasma del futuro del ámbito contra la falsificación.
1. ¿Por qué se fundó la CCU y cuál es su misión?
“La CCU se creó en 2020 con el apoyo de los directivos de Amazon para adoptar un enfoque proactivo en la lucha contra los actores malintencionados que intentan vender productos falsificados en las tiendas de Amazon. La misión de la unidad consiste en desarticular y desmantelar las organizaciones dedicadas a la falsificación a escala mundial mediante dos enfoques principales: la interposición de demandas contra los actores malintencionados y el envío de los casos a las fuerzas del orden. Cuando remitimos estos asuntos a las fuerzas del orden, compartimos datos con ellas, datos que de otro modo requerirían una citación o un proceso legal, pero los facilitamos de forma proactiva para respaldar sus investigaciones. Este intercambio de información ayuda a las fuerzas del orden y a los fiscales a actuar con rapidez para tomar medidas cuanto antes contra los actores malintencionados. Por ejemplo, las fuerzas del orden nos han comentado que esta colaboración les ha ayudado a poner en marcha sus investigaciones y a reducir el tiempo de investigación en seis meses. Además, la CCU está bien preparada para este tipo de colaboración, ya que el equipo está formado por antiguos fiscales, funcionarios de las fuerzas del orden y analistas de datos que trabajan juntos para proteger a los clientes y a los propietarios de los derechos.“
2. ¿Cómo ha evolucionado la CCU en los últimos cinco años?
“Aunque la misión de la CCU siempre ha sido de carácter global, una de las novedades más significativas ha sido el número, el alcance y la solidez de las colaboraciones que hemos establecido con las fuerzas del orden y otros organismos locales. En tan sólo cinco años, la CCU también ha pasado de establecer alianzas con siete asociaciones y agencias gubernamentales a más de 50 en la actualidad. El año pasado, sólo en China, la unidad coordinó 60 redadas que se saldaron con más de 100 detenciones. Cuando eres capaz de ir más allá y detener a los actores malintencionados en su origen (fabricantes y distribuidores), te das cuenta de que no sólo estamos protegiendo a los clientes de Amazon, sino que estamos eliminando por completo las falsificaciones de la cadena de suministro y protegiendo a los consumidores independientemente de dónde decidan comprar. Eso me recuerda mi experiencia en el Departamento de Justicia y por qué hago este trabajo. Me permite alinear la misión que tenía allí con la de aquí, y me facilita el poder tener un impacto más amplio sin dejar de estar centrado en el cliente. La CCU también ha ampliado su enfoque más allá de la falsificación tradicional para hacer frente a nuevas amenazas como las reseñas falsas, las facturas falsificadas (o cualquier otra documentación de la cadena de suministro), y las marcas comerciales no válidas que se utilizan para acceder a Brand Registry de Amazon y presentar avisos de infracción falsos. La evolución de la unidad refleja su capacidad para adaptarse a las tácticas cambiantes utilizadas por los actores malintencionados.
3. Ha mencionado su trabajo en el Departamento de Justicia. ¿Puede hablarnos un poco más sobre los tipos de casos en los que trabajó allí y cómo esa experiencia le hizo idóneo para este puesto de dirección de la CCU?
“Empecé como fiscal en Texas en el 2001. Estuve en un tribunal estatal durante casi ocho años. Me ocupé de una amplia gama de casos: robos, asesinatos, multas por conducir ebrio, hurtos, prácticamente de todo. He juzgado más de 100 casos en los tribunales de Texas. En 2008, me uní a la oficina del fiscal general en Houston, que se ocupa de los delitos federales. Trabajé allí durante unos 12 años en total. En 2015, realicé una asignación temporal en la sede central del Departamento de Justicia en Washington, D.C.
Antes de dejar Houston, trabajé en mi primer caso de falsificación de medicamentos. Actores malintencionados enviaban el producto desde China y la oficina de aduanas y protección fronteriza (CBP) lo interceptó en San Francisco. Vieron una caja de pastillas sueltas, se dieron cuenta de que no tenía el aspecto correcto y la compararon con las versiones de la marca comercial registrada. En realidad, se trataba de una falsificación. La CBP y Seguridad Nacional coordinaron una entrega controlada. Un agente encubierto entregó la caja en una dirección de Houston y, cuando el objetivo aceptó el paquete y reconoció su propiedad, lo detuvieron en el acto. Finalmente, identificamos a otros conspiradores, les imputamos cargos e impedimos que otros sufrieran posibles perjuicios.
También me ocupé de la delincuencia organizada en la venta minorista, incluido un caso de gran repercusión en el que se traficaba con personas que entraban en Estados Unidos para robar productos de venta minorista. Entre estos productos había medicamentos para tratar la acidez estomacal y las úlceras, pasta de dientes, maquinillas de afeitar y leche para bebés. Posteriormente, los productos robados se enviaban para su reventa en bodegas y pequeños comercios de Estados Unidos.
En 2012, la Federación Nacional de Venta Minorista concedió al equipo de la fiscalía federal su premio anual Retail Partnership Award por nuestro trabajo en la persecución de un complot por valor de 20 millones de dólares. Y en 2014, un acusado de delincuencia organizada en la venta minorista fue condenado a 13 años de prisión federal y se le impuso una multa de más de 500 000 USD en concepto de restitución después de que un jurado de Houston deliberara durante una hora y lo declarara culpable de transportar propiedad robada a través de las fronteras estatales.
Después de mi asignación temporal en Washington D.C., me uní a la sección de delitos informáticos y propiedad intelectual (CCIPS) del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, donde me centré en los delitos relacionados con la propiedad intelectual y el cibercrimen (malware, ransomware y productos falsificados). He formado a magistrados, fiscales y fuerzas del orden de todo el mundo, en colaboración con la Oficina de Patentes y Marcas comerciales (USPTO) y con el departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI). También aumenté mi experiencia en falsificaciones ocupándome de un caso de falsificación de medicamentos veterinarios que dio lugar a una retirada del producto a nivel nacional después de su llegada a las tiendas. Estos casos simbolizaron para mí los peligros que entrañan las falsificaciones y cómo los productos falsificados pueden aparecer en las tiendas físicas con la misma facilidad que en Internet, lo cual es algo que conviene que no olvidemos. Después de eso, continué trabajando con varias marcas en diversas investigaciones de falsificaciones. Ese fue el final de mi trayectoria como fiscal antes de unirme a Amazon”.
4. ¿Cuáles son algunos de los logros más importantes de la CCU?
“Ante todo, estamos orgullosos de la importancia que ha tenido nuestro trabajo a la hora de mantener a los clientes de todo el mundo a salvo de las falsificaciones. Uno de los primeros casos de los que me siento especialmente orgulloso estuvo relacionado con un cargamento masivo de falsificaciones que llegaba en un carguero. Colaboramos con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza y Seguridad Nacional de Newark, Nueva Jersey, y conseguimos incautar nueve camiones tráiler de 18 ruedas cargados con calandras de automóviles falsificadas. Este caso fue una llamada de atención. Demostró lo ingeniosas y a gran escala que pueden llegar a ser estas operaciones y lo importante que es la coordinación con las fuerzas del orden.
Otro ámbito importante es nuestra actuación contra los complots que emplean “enlaces genéricos” que aparecen en las redes sociales. En este caso, las personas influyentes de plataformas de diversas redes sociales enviaban mensajes directos a los seguidores diciendo cosas como: “Compra este bolso de marca genérica en este listing de Amazon y recibirás un bolso de lujo falsificado.” Estos complots están diseñados para operar fuera de nuestra tienda, eludiendo las herramientas proactivas de cumplimiento normativo de Amazon, por lo que presentamos demandas contra varios de estos actores. Nuestro objetivo era tanto la aplicación de la ley como la formación de las fuerzas del orden, para ayudarles a reconocer y perseguir estas nuevas formas de fraude.
Una de las tácticas que seguimos observando consiste en que los delincuentes envían los productos falsificados separados de las etiquetas. Esto se hace para eludir la detección por parte de las autoridades aduaneras y engañar a los clientes. La buena noticia es que la legislación penal estadounidense permite actuar incluso cuando sólo se interceptan las etiquetas falsificadas, gracias a la Ley de Tráfico de Mercancías Falsificadas.
Por último, a nivel internacional, hemos ampliado nuestro radio de acción. En los últimos cinco años, el alcance mundial de la CCU ha pasado de operar en sólo dos países inicialmente a hacerlo en 12 en la actualidad, incluidos Estados Unidos, China, Francia, India y el Reino Unido. Buscamos de forma activa a nuevos socios tanto nacionales como internacionales. Estamos especialmente entusiasmados con la posibilidad de compartir datos con futuros socios y ampliar nuestras investigaciones a países como la India. Este enfoque global es crucial porque los falsificadores no respetan las fronteras y nuestros esfuerzos por detenerlos tampoco deberían verse limitados por estas.
5. ¿Cuáles cree que son las mayores amenazas emergentes en el ámbito de la falsificación? ¿Qué tendencias está vigilando para adelantarse a los delincuentes?
Hay algunas tendencias que estamos siguiendo con atención. Algunas no son nuevas, pero van evolucionando por lo que requieren atención constante, nuevas estrategias y colaboraciones para ir por delante de ellas.
Una de las tácticas que seguimos observando consiste en que los delincuentes envían los productos falsificados separados de las etiquetas. Esto se hace para eludir la detección por parte de las autoridades aduaneras y engañar a los clientes. La buena noticia es que la legislación penal estadounidense permite actuar incluso cuando sólo se interceptan las etiquetas falsificadas, gracias a la Ley de Tráfico de Mercancías Falsificadas.
Estamos asistiendo a un aumento de la promoción de falsificaciones a través de creadores de contenido e “influencers” con presencia en las redes sociales, plataformas de compra en directo y chats cifrados. Se trata de canales cada vez más utilizados por los delincuentes, contra los que la CCU está luchando activamente. Ya hay varias demandas presentadas y se espera presentar más.
Por último, la OCDE ha destacado recientemente algo que me ha llamado mucho la atención: la adopción por parte de los falsificadores de estrategias de “localización” para fabricar falsificaciones más cerca de los mercados finales. Al mismo tiempo que Amazon avanza hacia una gestión logística más regionalizada, los falsificadores hacen lo mismo: localizan sus cadenas de suministro para pasar desapercibidos. Esta descentralización hace más difícil centrar la aplicación de la ley porque el volumen se reparte entre muchos objetivos pequeños, de forma parecida a cómo las importaciones de paquetes pequeños complican las inspecciones fronterizas.”
6. ¿Qué es lo que más le entusiasma de la CCU y de su futuro?
“Un par de cosas. En primer lugar, nuestro trabajo ayuda a proteger a los consumidores de todo el mundo. Cuando perseguimos el origen de las falsificaciones, ya sean fabricantes o distribuidores en lugares como China o Turquía, se trata realmente de proteger a los consumidores en general, más allá del ámbito de las tiendas de Amazon. En muchas de las acciones de cumplimiento normativo que emprendimos en 2024, nos asociamos con una sola marca, pero cuando nuestros socios entraron en las instalaciones donde se fabricaban tales falsificaciones, detectaron infracciones contra muchas marcas. Así que el impacto aumenta, y eso es realmente preocupante.
En segundo lugar, el equipo. Es el equipo el que hace posible este trabajo. Contamos con increíbles analistas de datos e ingenieros de inteligencia empresarial que examinan nuestros datos y colaboran con nuestros gestores de riesgos para elaborar referencias delictivas. En un caso, las fuerzas del orden nos dijeron que nuestra referencia les había dado seis meses de ventaja en su investigación. Eso es muy importante. Esto significa que las fuerzas del orden pueden actuar mucho más rápido y la CCU ha desempeñado un papel importante en ello.
También me entusiasma la forma en que el equipo está apostando por la inteligencia artificial (IA). Utilizamos la IA para automatizar el cotejo de logotipos y acelerar la generación de resultados, lo que nos ayuda a avanzar más rápido. Y esto no es asunto solo de la CCU, es un esfuerzo de todo Amazon con miles de personas creando estos sistemas. Pero incluso dentro de la CCU, estamos innovando, moviéndonos con rapidez y desplegando herramientas de vanguardia para mejorar y ampliar nuestro trabajo contra los delincuentes”.
Proteger la confianza, ampliar el impacto
A medida que los falsificadores se vuelven más sofisticados, también deben serlo los esfuerzos para detenerlos. Bajo la dirección de Kebharu Smith, la CCU se ha convertido en una fuerza mundial que combina la perspicacia jurídica, la precisión basada en los datos y la colaboración transfronteriza para proteger a los consumidores, las marcas y la integridad del comercio en línea. Aunque la lucha contra la falsificación dista mucho de haber terminado, con herramientas de última tecnología, asociaciones sólidas y un compromiso inquebrantable para detener la falsificación en su origen, la CCU seguirá trabajando para proteger a los consumidores en todo el mundo.
Para más información sobre cómo Amazon persigue a los delincuentes, visita nuestra página Unidad contra Delitos de Falsificación.